domingo, 17 de junio de 2012

Te extraño, a dos casas de mi casa, estás.... y te extraño
a un roce de hombros, estás... y te extraño
a un milímetro de tu voz, estoy.... y te extraño
bajo tu mismo cielo, estoy... y te extraño. 
y ahora te marchas, 
ya no será tu fingida sonrisa, ni tu saludo esporádico de mala gana por éstas calles...
es ahora cuándo tu cuerpo se marcha, 
tu sonrisa, tu voz, tu ser, ese que eras... ya no están más
hace tiempo se han marchado.
Pero ahora también desaparece tu cuerpo,
ya no va ha estar más la bolsa esa donde se encierran tantos pensamientos,
la bolsa que contiene todo lo que he querido, todo lo que he perdido, 
la bolsa que se lleva todo lo que no fue mio. 
Que importa la distancia, 
un metro o cien mil kilómetros, 
dan lo mismo cuando has dejado de ser, cuándo se ha perdido, cuando nunca fue.
Te extraño más allá de todo tiempo 
y sé que no voy ha encontrarte Nunca, nunca jamás. 
Ni siquiera te perdí, porque nada fue real.
Extraño a ése quién No Es un extraño. 
Extraño, a la quimera que en mi realidad ha vivido.  


jueves, 7 de junio de 2012

Eternamente

Mirarte
Pretenderte
Tocarte
Besarte...
Otra vez,
Besarte y
Sentirte
Sonreírte
Perderte
Llorarte
Extrañarte
Recordarte
Borrarte
Odiarte
De nuevo
Llorarte (dos veces más)
LlorarteLlorarte!!!!!
Encontrarte
Mirarte
Sí,
Mirarte
Hablarte
Perdonarte
Sonreírte
Fuerte,
Abrazarte
Besarte
Amarte...
Por Siempre,
Para Siempre,
Amarte....

El amor ocurre, simplemente ocurre y para siempre.


martes, 29 de mayo de 2012

Sin Título

Sólo se conoce el miedo, cuando encontramos su Ausencia (La de Ella) 

Fui hacia la ventana, miré al cielo y tuve ganas de gritar, de escupir la angustia, de implorar retroceder el tiempo, pero cerré los ojos, tragué la saliva y me mordí los labios; busqué entre mis pensamientos  una señal, un error que me convenza "te veré en la eternidad" no encontré nada.
Descubrí todo, el miedo a olvidar tu voz, a cegar tu mirada, a no soñar con tu caricia, a censurar tu sonrisa; el recuerdo de tus manos, de tus bromas, de tu fortaleza, del valor que te hizo gigante, de tu aroma que se fugo con tus cosas. 
Me encontré corriendo, gastando energías, no pensado, explotando las ideas con la ilusión de creer en la Eternidad... Lucho, pero es imposible correr y no frenar; me pregunto ¿no sería mejor imaginar esa eternidad? 
Pienso... El tiempo es una gota de agua que se escurre por mis dedos. El tiempo, el tiempo, el tiempo.... lo acumulamos o lo perdemos? EL TIEMPO NO EXISTE! más que en el ahora y acá, sus agujas masacran las horas, segundo a segundo y  les clava el alma, como un traicionero puñal, ataca por la espalda, contradigo: El tiempo, tan vulgar, No Existe. 
Te he perdido ya no estarás, tu ausencia me enseñó a mirar, igual no te puedo llorar, te he perdido; me excede el desconsuelo, me asfixian las lagrimas estancadas en la garganta, desde la ventana y mirando el cielo...
Así se cuenta el tiempo: casi dos años y medio, las lágrimas comienzan a rodar...
El Tiempo no Existe, es una gota salada que se escurre por el rostro... hasta la eterna ausencia. El desnudo y la desprotección son moneda corriente, cuando ella se va... 


Una Obra del Artista Hernan Necchi.


jueves, 1 de marzo de 2012

La Lluvia y Vos...


Es inevitable no encontrarte en noches cómo hoy, cuándo las calles conservan el brillo de la tormenta que pasó. Te veo ahí con mi brazo colgado del tuyo bajo un paraguas que simula cubrirnos y nosotros pretendemos simular que nos importa la lluvia mojándonos, vamos esquivando baldosas flojas, buscando charcos, empapándonos, comenzando a rozarnos, buscándonos la mirada por primera vez, sonriendo sin causa, sin apuro yendo a ningún lado...
¿Cómo no extrañarte? Si fuiste un sol en la oscuridad, si llenaste mis días y mis noches con sensaciones extrañas, con la confianza que necesitaba, con el abrigo de tu voz en mi oído, con la calma de tus brazos contorneando mi estar, protegiendo mi sueño, siendo parte de mis sueños.
De camino a casa ésta noche, como cada noche, tuve que mirar las calles vacías, sin vos, sin mi colgada de tu brazo, solo podía escucharse el sonido de las gotas acumuladas en algún tejado, gotas que estaban resignadas al suicidio, solitarias, del mismo modo que venía yo, añorando caer en tu recuerdo, necesitando refugiarse, acobardadas por la nostalgia, ofuscadas por la ausencia; de repente comenzó a llover de nuevo cómo hacía días, semanas que no llovía, el sonido de las gotas se potenciaron una tras otras cayendo, golpeándose contra el suelo, los truenos aportaron un tinte doloroso a ésta noche que comienza a desangrarse en cada minuto que el reloj consume, no miré la hora porque el tiempo se hizo una condena desde aquél último día, aquella última noche que estuviste por aquí, que jugamos bajo la lluvia, porque recuerdo que aquella noche también llovió, quizás como señal que se ahogaba un amor que jamás existió.
Cada vez que cruzo la calle te recuerdo, cada vez que llueve y sobre todo siendo de noche, me invade la "saudade"...